Washington, 10 ago (PL) La lluvia de estrellas de las Perseidas, también conocida como Lágrimas de San Lorenzo, podrá apreciarse la madrugada del 11 al 12 de este mes en todo el planeta, se conoció hoy.
Según la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), meteoros de este tipo tienen su origen en el cometa Swift-Tuttle.
Si bien Swift-Tuttle no se localiza cerca de la Tierra, su cola coincide con la órbita terrestre, donde pequeños fragmentos de polvo chocan contra la atmósfera a 212 mil kilómetros por hora, señala el comunicado de la agencia.
Al decir del miembro de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA, Bill Cooke, las estelas de los meteoros que rozan la Tierra son largas, lentas y coloridas.
Aunque los meteorólogos pronosticaron un estallido de Perseidas este año con tasas normales, las mismas podrían elevarse a 200 meteoros por hora, añadió.
El especialista aconsejó alejarse de las luces, para apreciar mejor este espectáculo celeste, para el cual no hacen falta prismáticos, telescopios, ni protegerse con filtros.
Las Perseidas brillantes se podrán ver desde las ciudades, pero las ráfagas más espectaculares sólo se observarán desde zonas rurales, dijo.
Esta lluvia, considerada la mejor del año, es uno de los acontecimientos más esperados por los amantes de la astronomía, resaltó.
El chaparrón de estrellas se produce cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entran en la atmósfera de la Tierra y se esfuman produciendo un efecto luminoso: los meteoros.
Todos los años la Tierra en su camino alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de varios cometas, en este caso el Swift-Tuttle.
Anualmente, nuestro planeta cruza la órbita del cuerpo celeste, que está llena de partículas pequeñas, del tamaño de granos de arena.
Cuando una de estas migas entra en la atmósfera terrestre, la fricción la calienta de tal manera que se vaporiza a gran altura, y durante unos segundos la partícula brilla como si fuera una estrella.
Los expertos señalan que no se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente o de un meteoro.